El Jardín de Gestalt

Cómo simplificar decisiones de diseño difíciles

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#crecimiento-personal #decisiones

Estas trabajando tranquilamente con tu ordenador, y de repente… ¡BOOM! tu disco duro ha estallado: necesitas comprar uno nuevo.

Pregunta 1 — Llegas a la primera tienda de informática y te dicen que sólo tienen dos modelos: el (A) y el (B). ¿Cuál comprarías?

Fácil, ¿verdad? La opción (B) es superior a la (A) en todos los aspectos: por menos precio puedes tener un disco duro de mayor capacidad de almacenamiento (suponiendo que en el resto de aspectos son idénticos).

Pregunta 2 — A pesar de que el modelo (B) tiene buena pinta y parece una buena opción, decides ir a otra tienda de informática y descubres dos modelos más: el (C) y el (D). Con esta nueva información, ¿Cuál comprarías?

Ahora está más complicado, quizás tienes una preferencia personal fuerte y te puedes decantar directamente por una de las opciones disponibles. Pero la Pregunta 2 es un ejemplo de «decisión difícil» que puede llegar a bloquearte durante mucho tiempo.

¿Por qué una decisión es difícil?

Una decisión puede ser difícil por muchos motivos: no quieres tener la responsabilidad de decidir, tienes miedo a las consecuencias, no conoces ninguna solución, etc. Sin embargo, hoy me quiero centrar en un tipo específico de decisión difícil: las decisiones de diseño.

Este tipo de decisiones son «difíciles» porque ninguna de las opciones disponibles es superior al resto de opciones en todos los aspectos al mismo tiempo. Por lo que no hay una forma objetiva para elegir cual es la mejor opción (todas las opciones son mejores con respecto a algún aspecto).

En la Pregunta 1, daba igual cual eran tus gustos personales: la opción a elegir es la (B). Pero en la Pregunta 2, no existe una única opción superior al resto y esa es la dificultad del asunto. Tienes que averiguar qué es lo que más prefieres para poder decidir:

Y la dificultad de estas decisiones radica en que muchas veces no sabemos qué es lo que más queremos realmente.

Elimina la opciones que no destaquen en nada

En el caso de la Pregunta 2, no todas las opciones son igual de buenas. La opción (B) es mejor en todos los sentidos que (A): nunca elegiríamos (A), porque de hacerlo, sería mejor decisión elegir (B). Por lo que a efectos prácticos nos tenemos que centrar en (B), (C) y (D) que destacan en algún aspecto (precio, capacidad o garantía).

Te falta información

Una vez que tenemos definido las opciones que destacan en algo, no queda más remedio que tomar una decisión de diseño (recordemos que ninguna opción es superior a la otra, la decisión es cuestión de gustos: es cuestión de diseño).

Si llegados a este punto, seguimos sin saber que opción elegir, una solución puede ser buscar más información para descartar alguna de las opciones que tenemos o encontrar una opción superior a las actuales. De esta forma podremos simplificar la decisión.

Por ejemplo:

Y si con esto no llegas a tomar la decisión, siempre puedes…

Dejar pasar el tiempo conscientemente

Con esto no quiero decir que procrastines la toma de decisiones, pero para decisiones que no son inmediatas, dejar pasar el tiempo de forma consciente tiene sus ventajas.

Al dejar pasar el tiempo, puedes conseguir más información (de forma pasiva) para tomar esa decisión sin tener que esforzarte.

Además, tu situación actual puede cambiar radicalmente con el paso del tiempo. Esa decisión que es tan importante para ti ahora quizás se resuelve sola por sí misma en el futuro.

Por ejemplo, quizás un familiar te regala un ordenador nuevo por tu cumpleaños y ya no necesitas el disco duro.

Por último, al dejar pasar el tiempo permites que tu subconsciente (tu “genio pasivo”) pueda procesar el problema y encontrar una solución o enfoque nuevo al mismo. Esto es lo que se llama en ingles “sleep on a decision” —en español “consultar con la almohada”—.

Por ejemplo, al dejar pasar el tiempo te das cuenta que lo que realmente te ha fastidiado de esta situación es que se haya roto el disco duro en primer lugar. Por lo que es vital para ti que tus futuros discos duros tengan garantía de al menos 5 años.

Importante: te recomiendo que marques en tu calendario el día que tienes que volver a pensar en esta decisión (a poder ser que quede margen de tiempo disponible antes de la fecha límite para tomar la decisión). Sino, corres el riesgo de olvidarla.

Conclusión: toma decisiones suficientemente buenas

Una idea simplificadora para mí es el concepto de tomar «decisiones suficientemente buenas». Una decisión suficientemente buena no es una decisión muy buena, incluso no es una buena, es pues eso, suficientemente buena.

Es importante tener en cuenta el coste mental y de tiempo que estas invirtiendo en tomar una decisión.

Y tú lector de esta entrada, ¿qué preferirías?


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