El Jardín de Gestalt

Cómo ser mejor el peor día de tu vida

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#crecimiento-personal

Hace poco me encontré con la siguiente cita de Rafa Nadal:

La clave en este mundo del tenis, la gran diferencia que creo que hemos tenido tanto Federer, como Djokovic como yo mismo; no soy en ese sentido nada arrogante, pero si hemos hecho algo mejor que el resto es que somos los que hemos ganado más partidos jugando mal.”

—Rafa Nadal (la negrita es mía).

Y esto es algo que resuena fuertemente en mí.

Ser mejor el peor día de tu vida

Durante mucho tiempo en mi vida, me esforcé mucho en mejorar: en ser capaz de hacer más y mejor.

Cuando todo va bien, es fácil dar la mejor versión de ti mismo.

Pero eso es solo una parte del camino. Lo que realmente nos diferencia, a la hora de la verdad, es nuestra capacidad de dar la mejor versión de nosotros mismos cuando las cosas van mal.

O en otras palabras, el objetivo es entrenar para ser mejor el peor día de tu vida.

El peor día de tu vida

Tienes tareas acumuladas, acabas de tener una discusión y, además, tienes dolor de cabeza. Necesitas parar, pero tu vida lleva tanta inercia que el mero hecho de bajar un poco el ritmo se siente como si te fueses a estrellar. Necesitas ir rápido —rápido durante toda una vida para algunos.

El camino de menor resistencia es el de continuar haciendo lo que estás haciendo ahora mismo hasta que la situación se arregle por sí misma. O en otras palabras, continuar haciendo lo mismo hasta que tu cuerpo no pueda más y te estampes contra el fondo de tu vida.

Para evitar estamparte necesitas reaccionar, tomar otras decisiones, reevaluar tu situación, pedir ayuda… pero para hacer cualquier de esas cosas primero necesitas ser consciente de tu situación.

El problema es que: cuando las cosas van mal, no es fácil ser consciente de que las cosas van mal.

Por lo que, para ser mejor el peor día de tu vida, necesitas reaccionar mejor. Pero para poder reaccionar, primero tienes que ser capaz de…

Identificar cuándo es el peor día de tu vida

No puedes reaccionar a algo de lo que no eres consciente.

Normalmente cuando estás pasando por una mala racha es difícil parar un momento y pensar: “tengo más estrés de lo habitual, ¿me está pasando algo?”, por lo que acabamos reaccionado cuando las situaciones se desbocan y se descontrolan tanto que es evidente que algo está yendo mal.

Si tienes suerte, tus familiares y amigos te avisarán cuando te vean que estás mal: pero esto no es un método muy fiable.

¿No sería genial que alguien te dijese: “Mira, si sigues así, en tres días acabarás quemado de tu trabajo y entrarás en una crisis nerviosa”?

Pues, justo para esto, yo tengo una serie de identificadores de estrés que me avisan antes de que llegue el peor día de mi vida (siempre que sea capaz de hacerles caso):

Como acabas de leer, mis identificadores del peor día de mi vida son personales. Dudo mucho que puedan servirte de ayuda a ti directamente, pero bueno, son unos ejemplos para que puedas pensar tú que identificadores pueden funcionar mejor contigo.

Los identificadores sirven también para tener más información para tomar decisiones difíciles. Por ejemplo, si estás en el peor día de tu vida, que más dá decidir ahora comprar o no un disco duro. O también, si estás en un buen momento vital, es posible que puedas decicar más tiempo a elegir el mejor disco duro.

Conclusión: tener el estado mental correcto es crucial

En esta entrada solo hemos visto cómo colocar identificadores que nos avisen de cuál es nuestro estado mental y cómo de cerca estamos de vivir un mal día. Dejo para otra entrada el cómo mejorar: un tema mucho más complicado (del que dudo que tenga algo sólido para aportar).

No tengo claro si los indicadores son causa o efecto del estrés: ¿Bebo más café porque estoy estresado? ¿O estoy estresado porque bebo más café?. En cualquiera de los dos casos, mi respuesta ideal es la misma: tomar menos café y ver qué estaba ocurriendo en mi vida. Por lo que, en general, no me preocupa demasiado está relación de causa y efecto, siempre y cuando el indicador se active cuando estoy estresado.

Hay veces que el peor día de tu vida llega de repente, sin dar tiempo para que tus indicadores puedan avistarte. En esos casos, al menos los indicadores de estrés te podrán avisar después de que haya ocurrido (algo que sigue siendo valioso), pero tendrás que dar lo mejor de ti mismo llegado a esta situación.

Pero antes de cerrar, quiero transmitirte la siguiente idea. Cuando tienes el estado mental correcto para realizar una tarea, hasta la tarea más complicada o tediosa se simplifica —y con un poco de suerte—, incluso se puede volver en un camino agradable de recorrer.

Por lo que si eres capaz de detectar cuando tu estado mental empieza a desordenarse, tendrás la mitad del trabajo hecho para recuperar un estado mental ordenado.

Y tú, lector de esta entrada, ¿qué indicadores de estrés puedes implementar en tu día a día?


Referencias:

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