Repite tus ideas aunque no seas René Magritte

¿Debería repetirme?

En las últimas semanas, he escrito tres entradas sobre mi metodología para capturar ideas:

1. Cómo capturar tus ideas sin fricción
2. Usa etiquetas para capturar tus ideas mientras escribes
3. Cómo capturar tus ideas en proyectos grandes

Me gusta cómo han quedado estas entradas.

Reflejan bien el tipo de textos que me gustaría que otras personas escribiesen para que yo pudiese leerlos después.

Pero, ahora que están escritas,… ¿qué es lo siguiente?

Tengo una sensación visceral de no querer repetirme: no quiero ser un “pesado” con mis ideas. Además, ya he escrito casi todo lo que sé sobre cómo capturar ideas.

¿Es el momento de buscar otro tema para escribir?

Ceci n’est pas une pipe

El domingo pasado fui a Bruselas a pasar el día.

Y, de forma improvisada, acabé visitando el museo de René Magritte.

No conocía la obra de Magritte. Bueno, miento, sí que conocía una obra suya: el cuadro de “esto no es una pipa”.

Este cuadro aparece en el libro de “Gödel, Escher, Bach: Un eterno y grácil bucle”.

Este libro me fascina —mejor dicho, me obsesiona, es un libro que podía atraparme durante tardes enteras desafiándome a entender todas sus referencias y autorreferencias— por lo que tenía ganas de ver un elemento clave del libro en la vida real.

Magritte se repetía en sus ideas

Tristemente, el cuadro de la pipa no estaba en el museo.

Pero, en su lugar, había algo que nunca me hubiese imaginado…

¡Magritte hizo dos cuadros distintos de su famosa pipa!

Sin embargo, Magritte no se detuvo aquí.

Conforme avanzas por el museo, puedes ver claramente que Magritte se repetía en sus ideas: no paras de encontrar pipas en sus cuadros.

Y, cada vez que veía una pipa, me fascinaba aún más.

Sin quererlo, me convertí en un espectador cómplice de su obra.

Deseaba que apareciese una y otra vez sus pipas.

Y yo, como consumidor de su obra, deseaba que Magritte continuase repitiéndose para explorar más y más su idea de la pipa.

Que profundizase en su idea original hasta que alcanzase la excelencia.

Repetirse es deseable

Finalmente, el museo acabó y volví a mi vida ordinaria. En el tren de vuelta a casa, es cuando mi mente hizo click: repetirse no es malo.

De hecho, ¡repetirse es deseable!

¿De qué sirve tener una buena idea si solo la usas una vez?

Repetirse en un trabajo creativo es fundamental para:

• Aprender a transmitir mejor tus ideas.
• Simplificar y pulir tus ideas.
• Alcanzar la excelencia.

Conclusión: ¿Puedes repetirte, por favor?

Como consumidor, disfruto de que mis autores favoritos se repitan: que profundicen cada vez más en sus ideas para que yo pueda disfrutar del resultado.

Por tanto, ¿debería repetirme?

Sí.

Aunque mi instinto más visceral me haga sentir que es malo repetirse, sé que es justo lo que otra persona desearía que yo hiciese.

Me repetiré hasta que encuentre la mejor forma de transmitir mis ideas.

Hasta que haya simplificado tanto mis ideas que solo quede un núcleo libre de todo peso muerto.

Hasta que, cuando veas una de mis ideas repetida en otro sitio, tú también seas un cómplice y te alegres de ver hasta donde he llegado a simplificar y profundizar en mis ideas.

Y tú, ¿quieres que tus autores favoritos se repitan?

PD: Lo siento, pero no hice fotos a la tienda del museo. Aun así creo que puedes imaginarte qué había en la tienda… muchas pipas en todos sitios :^)

Referencias:

• “Gödel, Escher, Bach: Un eterno y grácil bucle” de Douglas R. Hofstadter.