El Jardín de Gestalt

Cómo pagar tu deuda de tiempo

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Odio no tener suficiente tiempo.

Odio sentir que la única opción, para “mantenerse a flote”, sea correr a sprint para llegar con vida al siguiente deadline.

Cada tarea, cada decisión, cada proceso necesitan del tiempo suficiente para:

Cuando no tienes el tiempo suficiente, es cuando empiezas a “ahorrar el tiempo” que cuesta:

Pero te estás haciendo un flaco favor. Lo más probable es que, gracias a “ahorrar ese tiempo”, puedas cumplir con tu deadline. Pero ese deadline nunca es el último. Después, surgirá otro proyecto que requerirá, una vez más, de tu urgencia, en el que también necesitarás “ahorrar tiempo” para acabarlo.

Una deuda de tiempo

¿Haber “ahorrado tiempo” de esta forma, te ayuda a hacer tus siguientes proyectos?

Pocas cosas me dan más miedo que empezar un proyecto nuevo, con un deadline corto, que dependa de los resultados de un proyecto anterior en el que no tuve el tiempo suficiente.

Por tanto, no, no has “ahorrado tiempo”. De hecho, lo que tienes es una «deuda de tiempo».

Además, cuando arrastras la «deuda de tiempo» de proyectos anteriores, lo que ocurre es que acabas pagándola con el tiempo de tus proyectos actuales, provocando, a su vez, que no tengas el tiempo suficiente para hacer bien tu trabajo.

Un círculo vicioso.

Paga tu deuda de tiempo

Para salir de este círculo vicioso, necesitas pagar tu deuda de tiempo. Pero, ¿de dónde puedes sacar el tiempo extra para pagar tu deuda?

La solución no es fácil, pero, aquí tienes tres vías para saldar tu deuda de tiempo.

1. Trabaja más tiempo

Una opción para tener tiempo extra es aumentar las horas que trabajas.

Sin embargo —a menos que tengas algún problema serio de gestión de tiempo— lo más probable es que ya estés trabajando todas las horas que puedes.

Además forzarse para exprimir unas horas más a la semana aumenta mucho la probabilidad de caer en un burnout.

2. Aumenta tu productividad

Otra forma de tener tiempo extra es siendo más productivo: usando menos tiempo para hacer lo mismo.

A efectos prácticos es equivalente a trabajar más horas, pero con la ventaja de que evitas el riesgo del burnout.

Algunos ejemplos de aumentar tu productividad son:

El problema es que aumentar tu productividad, en el corto plazo, no genera tiempo extra: lo consume. Necesitas tiempo para implementar las mejoras que aumenten tu productividad. Porque si no costasen tiempo, ¡ya las habrías implementado en el pasado!

Por tanto, aumentar tu productividad únicamente genera beneficios en el largo plazo.

3. Trabaja en menos cosas

Si no puedes trabajar más horas ni aumentar tu productividad, ¿cómo puedes llegar a pagar tu deuda de tiempo?

Trabajando en menos cosas.

Abandona (o pon en pausa) proyectos que consumen tu tiempo. Es una decisión difícil, pero considera estos dos escenarios:

Invierte tu tiempo

Cuando hayas pagado tu deuda de tiempo y puedas confiar en el resultado de tus proyectos anteriores, ¿qué haces con el tiempo extra?

Invierte tu tiempo en mejorar tu productividad.

¿Sabes que me apasiona?

Empezar un proyecto nuevo sabiendo que puedo confiar en los resultados de mis proyectos anteriores y que tengo herramientas que multiplicarán mi capacidad de trabajo. En este caso, el tiempo que invertí en el pasado es lo que me da tiempo extra en el presente para hacer bien mi trabajo y volver a generar tiempo extra para el futuro.

Un círculo virtuoso.

Conclusión: Mi caso personal

Hace varias semanas, hice mi taller de escritura. Preparar y organizar este proyecto fue fácil porque ya había invertido tiempo en el pasado en:

Esos dos proyectos previos me facilitaron hacer el taller. Y, ahora que he hecho el taller, este proyecto también es una ayuda para mis futuros proyectos:

Tener el tiempo suficiente es lo que permite mantener este círculo virtuoso. Sin embargo, últimamente, siento que no lo tengo.

En mi trabajo, estoy escribiendo una publicación científica para una conferencia que tiene un deadline corto. Por otro lado, estoy haciendo —y disfrutando enormemente— el curso de Zettelkasten de Sascha 2 todos los sábados.

Eso me deja poco tiempo para el Jardín de Gestalt.

En las dos entradas anteriores, acabé saltándome partes de mi proceso de escritura para llegar a tiempo al deadline de publicar algo todas las semanas.

No sé si este “ahorro de tiempo” se nota en la calidad de las entradas (eso lo dejo para que lo valores tú). Pero, donde sí he notado un cambio a peor es en cuánto disfruto escribirlas.

Mi objetivo último es disfrutar de escribir.

Y para lograr eso, necesito tener el tiempo suficiente. Entonces, mi decisión difícil es la siguiente: voy a quitar el deadline semanal del Jardín de Gestalt para así recuperar el tiempo que necesito para disfrutar de este espacio.

Una vez que pase esta etapa en mi vida, lo más probable es que vuelva a publicar semanalmente (porque es algo que me encanta). Pero hasta entonces, no quiero endeudarme más en tiempo.

Y tú, ¿tienes el tiempo suficiente para disfrutar de tus proyectos?

Puedes responderme en los comentarios o directamente a este mail. En ambos casos, te contestaré :-)


Referencias:


  1. “The Workshop Survival Guide” por Rob Fitzpatrick y Devin Hunt. ↩︎

  2. “The Zettelkasten Method 101 LIVE Workshop” de Sascha Fast. ↩︎

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