Fernando Nóbel

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No compartas algo sin atribuir su autoría creativa

| 4 min (924 palabras) | por Fernando Nóbel
#Creatividad #Mito-Genio-Colaborativo #Crecimiento-Personal

“[…] ¿y si quieres compartir algo y no sabes de dónde procede o quién es el autor? La respuesta: no compartas nada que no puedas atribuir con propiedad. Si no encuentras la fuente, no lo compartas.”
—Austin Kleon en Aprende a promocionar tu trabajo, página 87.

Cuando leí por primera vez Aprende a promocionar tu trabajo1 de Austin Kleon, me pareció demasiado rígido su consejo de: “Si no encuentras la fuente, no lo compartas”. En la práctica, esto implica que, si encuentro una idea valiosa pero no sé cuál es su autoría creativa, no debería compartirla.

Uno de los objetivos de mis escritos es justo ese: compartir ideas valiosas, ya sean mías o de otras personas. Por eso, este consejo se siente como un palo entre mis ruedas. Además, en muchas ocasiones la distinción entre autoría propia y ajena es algo arbitraria. Por lo que la atribución acaba sintiéndose como una formalidad limitante y arbitraria.

¿Por qué deberías atribuir la autoría creativa?

Hace unas semanas, me volvió a interesar el tema de la autoría creativa y, finalmente, decidí procesar el argumento de Austin Kleon detrás de este consejo. En mi opinión, su estructura es la siguiente:

Vayamos por partes.

Primero, cuando no reconoces la autoría creativa, causas daño tanto al autor como al lector. La palabra “daño” se usa en este contexto, no como daño físico, sino como impedir que ocurra una situación beneficiosa para el autor y el lector.

Cuando no reconoces la autoría creativa:

Por ejemplo, si en uno de mis artículos muestro una idea de Sascha Fast sobre Zettelkasten y no atribuyo su autoría creativa, estaría impidiendo la oportunidad mutuamente beneficiosa de conoceros el uno al otro.

Segundo, no quiero causar daño ni al autor ni al lector. De hecho, quiero justo lo contrario: crear el máximo valor posible con mi trabajo, ya sea para el lector o para otros autores.

Si entendemos el trabajo creativo según el mito del genio colaborativo, atribuir adecuadamente la autoría creativa es fundamental. No tanto para respetar los derechos de propiedad intelectual (que sería la primera forma de “dañar” al autor), sino para crear una red interconectada de ideas que permita profundizar y reutilizar el trabajo de los demás.

En otras palabras, al reconocer la autoría creativa del trabajo ajeno:

Por tanto, reconocer la autoría creativa va más allá de ser una mera formalidad limitante y arbitraria (un mal necesario para evitar que la gente se queje): es un paso fundamental para crear valor con tu trabajo.

¿Cuándo atribuir la autoría creativa?

En la práctica, existen dos situaciones.

  1. Sabes a quién pertenece la autoría creativa. En este caso, debes atribuir la autoría creativa de quién corresponda (tanto tuya como ajena).

  2. No lo sabes, o tienes dudas. En este caso, puedes tomar un enfoque más flexible. Si es imposible saber quién tiene la autoría original, busca en su lugar qué fuentes más relevantes han trabajado con esa idea. En otras palabras, muestra cómo encaja tu trabajo con el trabajo previamente hecho por los demás.

El objetivo no es solo respetar la autoría creativa de los demás. El objetivo último es contextualizar y ofrecer fuentes relevantes relacionadas que permitan al lector profundizar más en ese tema si le interesa.

Un ejemplo de esto es mi doble filtro de valor. Se trata de una herramienta de mi propia autoría creativa (una nueva implementación de una idea), por lo que, en principio, no necesitaría reconocer la autoría creativa de nadie más. Sin embargo, esto hubiese limitado mucho el valor de esta publicación. Reconocer la influencia de Bob Doto amplía la red interconectada de ideas del genio colaborativo y da al lector una oportunidad para tirar del hilo.

Conclusión: Desarrolla tu propia autoría creativa

En honor a la verdad, siempre he atribuido la autoría creativa del trabajo ajeno. El cambio que me llevo —después de haber procesado el argumento de Austin Kleon— es que ahora veo claramente cómo la atribución está conectada a la creación de valor en el trabajo creativo. Por tanto, ya no la siento como un mal necesario, sino como una forma de expresar mis valores personales con respecto al trabajo creativo.

Por último, el consejo de Austin Kleon es una forma de potenciar al mito del genio colaborativo: favorecer una colaboración entre ideas. Pero, en última instancia, este consejo apunta a algo más profundo que, simplemente, aprender a acreditar la autoría creativa de los demás. En mi opinión, este consejo apunta a que aprendas a apoyarte en el trabajo de los que vinieron antes de ti para que, de esta forma, los que vengan después de ti puedan hacer lo mismo.

“Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes.”
—Isaac Newton

¿Sabes crear apoyándote en el trabajo de los demás?


Referencias:


  1. “Aprende a promocionar tu trabajo: 10 recursos para artistas, diseñadores y creativos” de Austin Kleon. ↩︎

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