El Jardín de Gestalt

Por qué leer mucho no es tan importante

| 3 min (604 palabras) | por Fernando Nóbel (enviado por la newsletter)
#Hábito-De-Lectura #Aprender

¿Y si leer no es lo que genera valor?

Leer es un parte fundamental de mi trabajo. Como investigador postdoctoral, podría resumir una buena parte de mi trabajo como: “Leo publicaciones científicas de otras personas para desarrollar el conocimiento que me permite escribir mis propias publicaciones”.

De esta forma, parece autoevidente que: si mejoro mi hábito de lectura (leer más y mejor), estaré mejorando mi capacidad de generar valor con mi trabajo (escribir más y mejores publicaciones). Sin embargo, esta idea es falsa. O, en el mejor de los casos, incompleta.

En este artículo, te explico:

Nota: En este artículo hablo exclusivamente de la lectura utilitaria, es decir, aquella que se hace para resolver problemas. No hablo de leer por placer, donde la lectura es un fin en sí mismo.

Leer es necesario, pero no suficiente

Leer es una de las mejores formas de acceder a conocimiento nuevo. Aunque existen muchas otras formas, la lectura tiene varias ventajas: permite acceder fácilmente al pensamiento de personas brillantes —a las que, de otro modo, no tendríamos acceso— y, además, los libros suelen estar diseñados para enseñar de forma clara y didáctica.

Sin embargo, leer no es la actividad que genera valor en sí mismo. Leer es un requerimiento para poder generar valor. Lo que genera valor es tu capacidad de integrar lo que lees en tu vida. En otras palabras, tu capacidad de hacer cambios en tu vida.

Por ejemplo, en una nota anterior te mostré cómo mejoré mi flujo de trabajo para escribir artículos gracias a leer el libro A System for Writing de Bob Doto. El proceso de integración que seguí fue el siguiente:

  1. Leer el libro.
  2. Identificar una idea valiosa.
  3. Pensar cómo integrarla en mi vida.
  4. Hacer un cambio real y permanente en mi flujo de trabajo.

Si simplemente hubiese leído el libro sin hacer el esfuerzo de integración, esta lectura apenas habría cambiado mi vida —apenas habría generado valor leyendo.

Un hábito de lectura pequeño es suficiente

Lo habitual es que tu capacidad de leer sea muy superior a tu capacidad de hacer cambios en tu vida. Por ejemplo, si dedico una hora a leer el libro de Los siete hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey, lo más probable es que necesite varias semanas —de trabajo enfocado exclusivamente a eso— para integrar todo lo que hubiese leído.

Y esto es una liberación.

Esto significa que no necesitas dedicar mucho tiempo a tu hábito de lectura. Lo único que necesitas es leer lo suficiente como para saturar tu capacidad de hacer cambios en tu vida. Y, como esa cantidad de hacer cambios es baja, un hábito de lectura de unos 30 minutos diarios puede ser más que suficiente.

De esta forma, puedes centrar tu atención a la parte importante del proceso: integrar lo que lees en tu vida.

Conclusión: Prioriza tu hábito de procesar lecturas

Leer es un requisito para generar valor, pero no es el valor en sí mismo.

Por tanto, la idea del principio de “mejorar mi hábito de lectura, mejorará mi capacidad de generar valor con mi trabajo” es falsa. Es el equivalente de ir a comer a un buffet libre para “alimentarte mucho” pero acabar vomitando porque no puedes digerirlo todo.

De esta forma, no necesitas dedicar mucho tiempo a leer, lo que te permite enfocarte en lo verdaderamente transformador: tu capacidad de digerir lo que lees.

Y tú, ¿hay alguna idea que hayas leído y aún no hayas integrado? ¿Cómo podrías integrarla en tu vida?


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