La fuerza de un colectivo en una persona
La cooperación entre individuos permite hacer cosas increíbles.
Todos conocemos ejemplos de grupos de personas que, gracias a una cooperación efectiva, lograron metas increíbles. Sin embargo, a mí me gustan más los ejemplos más mundanos como… que presiones un interruptor de tu casa y se encienda la luz.
¿Cuánta gente ha sido necesaria para lograr esto?
Si lo piensas, necesitas:
- alguien que coloque la bombilla
- alguien que haga la instalación eléctrica de tu casa
- alguien que conecte tu casa la red eléctrica
- alguien que gestione la generación de electricidad
- alguien que fabrique los cables, el interruptor y la bombilla
- alguien que invente la bombilla
- alguien que descubra cómo funciona la electricidad
- …
Y esta lista continúa hasta terminar con “alguien que invente el fuego”.
¡Todas estas personas han cooperado contigo para que tú puedas encender la luz!
Esta es la reflexión que me motivó a escribir una entrada hace varios meses: “Lo más valioso es ser un buen colaborador”.
Sin embargo, esta cooperación entre individuos no se limita a cooperar con tus compañeros de trabajo, tus amigos o tus familiares. Existe una cooperación mucho más importante —con un tipo totalmente diferente de individuos— de la que nos estamos olvidando.
La cooperación entre:
- tus yos del pasado
- tu yo del presente
- tus yos del futuro.
Un ejemplo sobre no cooperar con tu yo del presente
El año pasado hice un curso sobre escritura creativa. No llegué a completarlo del todo: me faltó por hacer la última unidad.
Ahora, que estoy de vacaciones, he decidido acabarlo porque creo que va a ser una buena ayuda para pulir las historias de mi segundo cortolibro, Apoptosis.
El problema es que no tomé ni un apunte —o si los tomé, no los guardé lo suficientemente bien cómo para que llegasen al presente— por lo que siento que, si realmente quiero aprender a aplicar las ideas de este curso, tengo que repetirlo desde cero.
En resumen, una inversión de tiempo pésima: mi yo del pasado y mi yo del presente no han sabido cooperar.
Cómo colaborar con tu yo del futuro
No me gusta señalar, pero, en mi defensa, la culpa fue de mi yo del pasado: no se preocupó por colaborar con su yo del futuro.
La solución para esta situación es sencilla:
- toma notas de lo que aprendes
- guárdalas de forma que sean accesibles para tu yo del futuro.
Esto lo puedes complicar tanto como quieras (o necesites) usando metodologías como, por ejemplo, Zettelkasten o Building a Second Brain.
Conclusión: Alinea el esfuerzo de todos tus yos
Este tipo de cooperación va mucho más allá de, simplemente, transmitir conocimiento del pasado al futuro (sin menospreciar el gran valor de esta tarea).
Esta cooperación —a través del tiempo contigo mismo— se aplica a (casi) todos los aspectos de tu vida:
- Puedes sacar dinero del banco porque tu yo del pasado lo puso ahí.
- Has ido a comprar comida para que tu yo del futuro no pase hambre.
- Escribes tus tareas pendientes para que tu yo del futuro las haga.
Por tanto, cuando trabajamos en un proyecto, no es una cuestión de si tu yo del presente es capaz de hacerlo o no.
Es una cuestión de si puedes generar la suficiente cooperación entre tus yos del pasado, tu yo del presente y tus yos del futuro para que, entre todos, se acumule el suficiente esfuerzo colectivo para hacer lo que quieres hacer.
O, en otras palabras, tienes la fuerza de todo un colectivo en ti mismo.
Y tú, ¿qué puedes hacer hoy para cooperar con tu yo del futuro?
Referencias:
- Este es el curso de escritura creativa que estoy haciendo: “Fundamentos de escritura creativa: desarrolla tus personajes” de Mark Boutros. Muy recomendable :-)
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