El Jardín de Gestalt

Cómo evitar el sesgo de resultado

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#crecimiento-personal #decisiones #sesgo

“Si haces las cosas bien, llegarás al resultado.”

Esta es una premisa que se encuentra implícita en nuestra educación, pero la realidad es mucho más compleja: «hacer las cosas bien» no te otorga el derecho de «tener buenos resultados».

Y esta premisa no me gusta porque, además, te lleva a pensar lo siguiente:

“Si tienes resultados malos, no estás haciendo las cosas bien.”

Esta segunda premisa es una aberración —igual que la primera.

Durante mi doctorado estuve trabajando en el desarrollo de un modelo matemático. Este modelo era complejo y grande, por lo que decidimos simplificarlo para hacerlo más práctico y útil. Yo había aprendido antes como simplificar modelos de este estilo, creía que sería un trabajo sencillo de un par de semanas. Pero como no, la realidad fue mucho más compleja.

Gasté tres meses de trabajo intentando simplificar el dichoso modelo sin éxito. Tres meses de tiempo dedicado al completo a esta tarea. Para continuar con mi doctorado era necesario sacar adelante un modelo útil de este estilo. Por lo que era necesario «tener buenos resultados» en esta tarea.

La conclusión de mi trabajo es que era imposible simplificar este modelo. Simplificarlo era igual a mutilarlo: no había una forma de simplificarlo sin que dejase de tener sentido el modelo. Esta situación fue una de las primeras veces en mi vida donde era evidente que “hacer las cosas bien, no te llevaría al resultado”.

Finalmente, acepté que el modelo no era simplificable. Fue algo duro de aceptar —aceptar que yo no era capaz de simplificarlo—. Pero gracias a no simplificar el modelo, este obtuvo grandes capacidades de predicción de las cuales sigo estando muy orgulloso hoy en día y fue útil para poder acabar el doctorado.

Pero este camino fue duro —y no debido a la complejidad de la tarea—, fue duro porque estaba siendo preso del sesgo de resultado durante todo el camino.

Sesgo de resultado

El sesgo de resultado ocurre cuando evaluamos una decisión únicamente por los resultados que ha generado. O en otras palabras…

Yo sufrí el sesgo de resultado durante todo el proceso de simplificar el modelo.

¿Por qué es nocivo el sesgo de resultado?

Cuando estás bajo la influencia del sesgo de resultado, valoras más la suerte y las simples coincidencias que las decisiones de calidad.

Al final mi historia tiene un final feliz: acabé obteniendo un modelo útil para continuar con mi doctorado. Pero perfectamente podría no haber sido así. Que el modelo fuese útil aún —sin simplificarlo— es algo que no dependía de mi trabajo, era algo que dependía de las matemáticas del modelo. Nadie me había garantizado que un modelo como el que yo quería podía existir.

Entonces si el resultado de mi trabajo tiene una parte de azar que hago:

Si lo que quiero hacer es esto, puedo ahorrarme el trabajo y simplemente tirar una moneda e intentar predecir si es cara o cruz. De esta forma me aseguro que de media la mitad los días me sentiré feliz —una estadística envidiable para la mayoría de estudiantes de doctorado.

Yo lo que quiero es que mi felicidad no dependa de factores que son azarosos. Yo prefiero centrarme en lo que puedo controlar: la calidad de mi trabajo.

Cómo evitar el sesgo de resultado

El sesgo de resultado solo puede ocurrir si se dan las siguientes condiciones:

La clave es evaluar la decisión en sí misma en las condiciones que tomamos esa decisión.

Por ejemplo: para mi caso, tengo que evaluar si simplificar el modelo fue una buena decisión en el momento que decidí a empezar a trabajar en ello —sin añadir la información nueva que generé en el proceso.

Pero en ambos casos, sigo cayendo en el sesgo de resultado. Lo que tengo que preguntarme es lo siguiente:

¿Me interesa intentar simplificar un modelo —que potencialmente puede ser muy útil para mi doctorado— sin saber si podré simplificarlo o no?

Y mi respuesta es un sí rotundo, independientemente del resultado, es un trabajo que es valioso en sí mismo ya que el doctorado consiste en zambullirte en lo desconocido para intentar volver con algo de valor en las manos.

Conclusión: nada está garantizado

Es duro aceptarlo pero realmente nada está garantizado.

Lo único que podemos realmente controlar (y a veces incluso ni eso) es la cantidad y la calidad de trabajo que invertimos en los proyectos que nos interesan. Los resultados dependen de muchos factores ajenos a nuestro control.

Aún así, llegar al resultado final tampoco suele ser totalmente necesario, porque por el camino puedes encontrar otras soluciones no esperadas en el inicio.

Algo que para mí es cada vez más importante es que, independientemente de resultado final que quiera obtener, el camino para llegar a ello debe de ser disfrutable en sí mismo: porque el camino es lo que únicamente tienes. Cuando llegues al resultado que querías, en poco tiempo te fijarás otro resultado a obtener, por lo que único que realmente perdura en tu vida es la calidad del camino que eliges recorrer.

Cuando vayas a tomar una decisión difícil, ¡asegúrate que no caes en el sesgo de resultado después de haberla tomado!

Y tú, ¿eres capaz de identificar alguna vez que hayas caído en el sesgo de resultado?


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