Los programas simples son realmente buenos
Cada vez disfruto más usar programas simples.
Programas que tienen un único objetivo bien definido y que implementan la funcionalidad mínima necesaria para lograrlo.
Y, sobre todo, programas que evitan la dependencia del proveedor utilizando, por ejemplo, texto plano para sus archivos.
Soy un firme defensor de los programas open-source y gratuitos. Pero, esto no garantiza que un programa cumpla todas estas características:
- Un objetivo.
- Funcionalidad mínima.
- Evitar la dependencia del proveedor.
En este sentido, me estoy volviendo cada vez más pragmático: si tuviese un Mac, no dudaría en comprarme programas como The Archive o TaskPaper.
Creo que la combinación de estas características es una combinación ganadora para crear y usar productos realmente buenos en el largo plazo.